miércoles, 15 de septiembre de 2010

Quinta clase - Homeostasis... Stress o no stress?

Otra vez por acá. El tema de esta clase es la homeostasis. Linda palabra para el ahorcado. Este concepto se refiere a la capacidad que tenemos los seres vivientes (poco o muy diferenciados, no importa mientras estemos vivos) de mantener la funcionalidad del organismo. Por lo tanto, también hace referencia a los mecanismos responsables de este "estado metaestable" que parece contradecir las leyes básicas de la termodinámica (las cuales, en versión simple pero clara, dicen: "todo tiende al desorden"). Los seres vivos, decía, vamos contra la corriente: eso cuesta MUCHA energía y necesita de sistemas que mantengan al cuerpo en cierto equilibrio (la palabra mas adecuada sería estado estacionario, o fluctuante dentro de ciertos límites). Algunos nombres a tener en cuenta dentro de este marco téórico:
- Claude Bernard (se refirió a la "fijeza del medio interno"),
- Walter B. Cannon (describió las ventajas de tener un sistema que nos permite actuar rápidamente y sobre el que volveremos más adelante) y,
- (mi favorito) Hans Selye (el hombre que incorporó a la biomedicina el concepto de stress).

Claude Bernard (1813-1878)
Walter B. Cannon (1871-1945)
Hans Selye (1907-1982)
Podemos considerar que existen múltiples sistemas "adaptativos" (responsables de mantener la homeostasis). Uno de ellos es el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), con su ying y su yang, las ramas simpática y parasimpática. El primero pone la energía a disposición de algunos órganos/sistemas, mientras que el segundo incrementa las reservas de esta misma energía. 
W.B. Cannon fue quien comprendió cabalmente la lógica del mismo (o nos brindó la mejor explicación hasta hoy): sucede algo inesperado, me sobresalto, me oriento (intento comprender qué sucede, para eso mis sentidos van en la dirección de la fuente de "eso inesperado") y respondo. Supongamos:  estoy haciendo pogo en un concierto de María Marta Serra Lima, y siento un golpe sobre mi espalda. Me asusto, me sorprendo, me doy vuelta y al ver a un orangután de 2mts (de ancho) de cuya boca brota una espuma de preocupantes tonalidades verdosas, parto raudamente a refugiarme en casa de mi abuelita. O, tal vez, vea que se trata de un noble señor mayor, muy pequeño, y emprendo entonces una golpiza feroz (espero este ejemplo no me cueste el puesto... de acuerdo, si no les gustó ese ejemplo, piensen en un simio en condiciones salvajes que al escuchar un ruido descubre:
a.- que se trata de un león, o
b.- que se trata de un competidor.)

En cualquiera de los dos ejemplos: ¿qué tienen en común ambas reacciones? El movimiento, por supuesto. Cannon nos enseñó que el SNA, en este caso la sobreactivación de su rama simpática, nos permite culaquiera de las dos respuestas, ya que (entre otros efectos) moviliza rápidamente nuestros recursos energéticos hacia músculos, encéfalo, corazón, pulmones...

Hans Selye llevó esta idea un paso más allá. Interpeló al cuerpo en situaciones en que la sobreactivación resultó excesiva o prolongada. El resto lo vemos en clase. 

Esta vez, les recomiendo algo un poco más denso. Un libro que,  a mi juicio, es uno de los mejores acerca del tema del stress: La psicología del miedo y el stress, de J.A.Gray, Editorial Labor. Una verdadera genialidad que ya tiene sus años, pero que incluye aspectos básicos y aplicados de este tema que tanto me gusta.
En Google académico está la versión completa... pero en inglés. El link es el siguiente:
Si alguno de mis ignotos lectores lo encuentra en castellano en la red, por favor avíseme.

Con el agradecimiento eterno y vital a mi jefe (el de siempre y el único): Prof. Dr. Enrique T. Segura (si me gusta el stress es por su culpa, pero no lo hagan responsable de mis dislates... esos son mis genes).

Cordialmente,

Andrés (el que sale corriendo así se trate de un ancianito)

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